BAK: Casa para arquitectos en Ituzaingó

La arquitectura sudamericana tiene dos almas: una muy extrovertida, que empuja a la casa a abrirse al paisaje y la otra, cerrada e intimista, que busca satisfacer las necesidades de seguridad en las localidades con un alto índice de delincuencia. Los tres arquitectos del estudio BAK arquitectos han sacado, de estos condicionantes, la oportunidad de diseñar una vivienda con rasgos contemporáneos. El punto de partida son las peculiaridades climáticas del lugar, un terreno situado junto al Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), cuya presencia garantiza la salvaguarda del paisaje a largo plazo.
El equilibrio entre la integración de construcción y naturaleza y la defensa de lo privado lleva a BAK a diseñar la que podría definirse como el arquetipo de la vivienda sudamericana de prestigio, un edificio de una planta, con dos muros paralelos de cemento armado bruto, según el lenguaje amado y difundido por una élite arquitectónica, para generar el espacio protegido que abre la visión al exterior, gracias a los otros dos frentes libres, acristalados o parcialmente cubiertos por una fachada con brise-soleil de madera de quebracho.
Más allá, se extiende el jardín con piscina, de planta rectangular, colocada perpendicularmente a la casa, trazando una planimetría ordenada con riqueza de contrastes. El interior, dividido por dos paredes de cemento paralelas a los muros perimetrales, está articulada por una rejilla definida parcialmente y, de vez en cuando solo imaginada, de 12 espacios de 4 x 3,5 metros, en los que se organiza racionalmente la vida de la familia: el ambiente central, dedicado a living, al oeste, los dos dormitorios con sus baños, en correspondencia de la entrada, al este, la amplia zona de la cocina, que como es habitual en las viviendas sudamericanas comunica directamente con el exterior. A lo largo de eje principal norte-sur, los únicos elementos que tapan el paisaje son los que delimitan los dos jardines interiores, un patio cubierto de tierra en el que crecen las plantas tropicales y un espejo de agua, ocupan dos módulos de los 12 que articulan la planta del edificio: dos chimeneas de luz en el centro del salón que dividen el gran eje central para crear ambientes más pequeños y flexibles.

Gracias a su orientación, elecciones compositivas y presencia de zonas verdes, el edificio resuelve sus necesidades de iluminación y genera una ventilación natural que la hace autosuficiente desde el punto de vista energético en las estaciones más cálidas, mientras que en las más frías está prevista la calefacción a través del pavimento. Los muros han sido revestidos con paneles de MDL chapados con madera de Guatambú solo en las partes opuestas a las paredes acristaladas y para mejorar el aislamiento térmico. Cubierta, losas del pavimento y paredes son de cemento bruto, debido al gusto por la estética brutalista que siempre ha demostrado esta arquitectura.

Mara Corradi

Proyecto: Maria Victoria Besonias, Guillermo de Almeida, Luciano Kruk (BAK arquitectos)
Cliente: Architects Besonías and Almeida
Lugar: Villa Udaondo, Ituzaingó, Buenos Aires (Argentina)
Superficie útil bruta: 167 m2
Área del terreno: 419 m2
Inicio del proyecto: 2009
Finalización de las obras: 2010
Fachada principal de madera de quebracho
Cerramientos de aluminio anodizado de color bronce
Cubierta de cemento
Estructura de cemento armado
Pavimento de losas de cemento
Fotografías: © Gustavo Sosa Pinilla

www.bakarquitectos.com.ar