OFFICE Kersten Geers David Van Severen: Solo house en Matarraña

En la región de Matarraña, un territorio montañoso al sur de Barcelona, se ha construido la segunda Solo house, un experimento residencial que forma parte de un ambicioso programa de urbanización “con carta blanca” denominado Solo Houses. Tras la primera casa finalizada en 2013 y diseñada por el dúo chileno Mauricio Pezo y Sofia von Ellrichshausen en Cretas, ya se puede admirar otra obra de arquitectura experimental de vacaciones situada en el borde de una de las mesetas de Matarraña, la Solo house de los belgas OFFICE Kersten Geers David Van Severen.
Ambas tienen en común el contexto, una tierra rocosa donde abundan las viñas y los olivos en medio de una vegetación exuberante, pero también comparten el planteamiento. Al igual que la Solo Pezo, la villa de OFFICE Kersten Geers David Van Severen parece querer desaparecer en medio de los altos troncos de los árboles, aislada, hierática, un monumento a sí misma y a la contemplación de la naturaleza como trayecto cotidiano.
También las une el material de construcción, el hormigón a vista de superficie lisa que en el proyecto de OFFICE Kersten Geers David Van Severen traza una geometría rigurosa a anillo. Dos anillos de hormigón superpuestos de 45 metros de diámetro componen el suelo y el tejado, teniendo como soporte estructural cuatro filas rectas de ocho columnas también de hormigón a vista. La interpretación metafórica podría ser variada: desde la nave espacial tipo OVNI hasta el “Your rainbow panorama”, la pasarela circular de cristal de colores realizada por el artista Olafur Eliasson colocada en la cima del museo de arte ARoS en Aarhus. Pero también es interesante la hipótesis planteada por Bas Princen, el conocido fotógrafo que ha llevado a cabo el servicio de la Solo house. Sugiere que los arquitectos hayan podido inspirarse en la cometa tetraédrica modular de Alexander Graham Bell, que estudio este tipo de “artilugios” antes de experimentar el desarrollo de un auténtico aeroplano.
Por lo tanto se podría decir que esta obra esté relacionada, aunque sea indirectamente, con el vuelo. La aparente ausencia total de vínculos con el terreno, excluyendo la gravedad de su materia estructural, fomentan la idea de una casa temporal como efectivamente lo es una casa de vacaciones. Poquísimos tabiques dividen los espacios cuyo ritmo está marcado por las funciones: la zona de salón, los dormitorios, la zona de invitados y la piscina. Paredes trasparentes, precisamente paneles de policarbonato (otra elección que aporta ligereza) a toda altura dividen la planta en cuatro secciones formando un cuadrado acristalado que da al interior del anillo. Hacia el exterior las fachadas de arco son chapas perforadas correderas que cran una especie de barrera perceptiva sin impedir que se filtre la luz.
Los visitantes se encuentran al llegar con un ambiente desguarnecido, con suelos de hormigón abrillantado, pocas obras de arte y algunos objetos selectos, como las piezas realizadas por Richard Venlet y por el estudio Muller Van Severen.
Como en la Solo Pezo, la disposición general se guía por la búsqueda de la simetría que parece ser el único elemento que ratifica la separación conceptual entre la obra y su contexto natural.
En esta exploración de los límites espaciales, en la línea indeterminada entre interior y exterior, entre protección y libertad, entre lo artificial y lo natural consiste el esfuerzo del proyecto por reducir el espacio construido haciéndolo casi invisible, logrando que sus cualidades subrayen las cualidades naturales del ambiente alrededor. La casa como lugar en el que no sea necesario defenderse, protegerse, aislarse o esconderse de la dimensión agreste. La trasparencia, la ligereza, la flexibilidad, la ausencia de objetos y estructuras, proclamadas con mayor convicción aún que en la Solo Pezo, aquí subordinan la construcción al ambiente incontaminado preexistente anulando toda frontera.
En tal sentido resulta coherente la decisión de que la casa sea completamente autosuficiente desde el punto de vista energético, ya que el terreno no cuenta con ningún servicio de urbanización.
Los paneles fotovoltaicos colocados en el tejado de anillo proporcionan energía térmica y eléctrica que se almacena, mientras que el agua se extrae del terreno y se vuelve a depurar una vez utilizada. Un detalle extraordinario es que el artista Pieter Vermeersch haya transformado los volúmenes técnicos en una creación de arte instalativo aplicando un barniz acrílico: los matices de los depósitos cilíndricos trasportan las imágenes de esta casa a una dimensión pictórica, a una realidad representada, puesta en escena, que se aprecia perfectamente en los planos de OFFICE Kersten Geers David Van Severen.

Mara Corradi

Architects: OFFICE Kersten Geers David Van Severen
Design Team: Kersten Geers, David Van Severen, Jan Lenaerts, Inga Karen Traustadottir, Pierre Gernay, Joshua Braegger, Jacopo Lugli, Santiago Giusto
Structural engineer: UTIL Struktuurstudies
Local Architect: Diogo Porto
Client: Solo Houses (Christian Bourdais)
Location: Matarrana, Spain
Gross useable floor space: 572 m2
Lot size: 1590 m2
Start of work: 2012
Completion of work: 2017
Materials: Concrete roof, Polycarbonate sheets, stretched aluminium make up the sliding facade. Polished concrete floors, polished inox on doors and cladding walls. Leather clad walls. Exposed I beams in glass facade. Concrete containers on roof, two of which artist Pieter Vermeersch applied gradient paint to. 
Photographs: © Bas Princen 

http://officekgdvs.com/
http://www.pietervermeersch.be
www.maniera.be
http://www.mullervanseveren.be