Zermani: templo de cremación en Parma

Tema múltiple y rico en dificultades, el del lugar fúnebre es un topos común en la historia de la arquitectura desde los tiempos de su propia definición. Paolo Zermani parece remontarse a estos tiempos para inspirarse para su último edificio sagrado, el templo de la cremación en las inmediaciones del antiguo cementerio de la localidad de Valera, apenas fuera la ciudad de Parma. Un espíritu intensamente respetuoso se respira en el recinto del complejo, que es síntesis entre la severidad del tema de la muerte y la de la referencia histórica a las arquitecturas sepulcrales de las antiguas civilizaciones que poblaron Italia.
La imponencia de los muros perimétricos del edificio de planta rectangular, que constituyen los cillereros, de los que destaca un elemento central igualmente mudo y compacto, encuentra su correspondencia en la escansión interna de los ambientes y en su monumental planteamiento figurativo. Observando la planta, no se puede dejar de recordar los esquemas de los templos griegos, con su sucesión de pilares y espacios destinados cada uno a un rito o a la presencia de un público en particular, e incluso a las plantas de las basílicas grecorromanas
El proyecto divide la planta en tres grandes espacios, de los cuales los dos jardines laterales simétricos con respecto al núcleo que supera en altura el cerco de los cillereros porticados, que a su vez son simétricos con respeto al eje transversal. Al sur está la puerta del templo, pasada la cual se prosigue en el ideal eje de perspectiva que desde el jardín del recuerdo guía, a través de los ambientes cubiertos de la sala de la despedida, de la capilla y de la sala de los hornos crematorios, hasta volver al aire libre al llegar al jardín delantero.
El ladrillo cara vista que reviste cada superficie vertical, desde los exteriores a los interiores, vuelve a llevar a la mente al lugar en el que nos encontramos, la provincia de Parma, donde es tradicional la elaboración de la arcilla como se deduce también cuando recorriendo la vía Emilia se divisan las chimeneas de los hornos de ladrillos, en su mayor parte ya derruida. Completamente revestida de ladrillo es también la Sala de la Despedida, en el centro del complejo, donde al vacío y a la ausencia de cualquier elemento de decoración, a excepción del ambón, sirve de contra-altar la trama llena de los ladrillos cara vista, reforzada posteriormente por las 24 columnas, mientras que la luz que entra cenital por el gran lucernario dibuja un claroscuro entre paredes y columnas que infunde solemnidad al rito al que está destinado el ambiente.
Con su planta alusiva a los antiguos trazados romanos y el uso del ladrillo como material de la tradición, este edificio como otros ejemplos de la proyectualidad de Zermani, es ante todo un homenaje al territorio, dando testimonio de la importancia que la historia reviste todavía en la concepción de la arquitectura, sobre todo en la disfrute público.

de Mara Corradi

Proyecto: Paolo Zermani
Colaboradores: Eugenio Tessoni, Roberto Panara
Cliente: Il Tempio Srl
Lugar: Parma (Italia)
Proyecto de las estructuras: Paola Tanzi
Superficie útil bruta: 1.100 m2
Área del solar: 5.200 m2
Inicio del Proyecto: 2006
Final de las obras: 2009
Empresa constructora: Unieco (Reggio Emilia)
Fachadas de ladrillos cara vista
Paredes interiores de ladrillo de barro cocido cara vista
Fotografías: Mauro Davoli©

www.zermaniassociati.it